A medida que nuestras sensibles, sensibles impresiones navegan el tiempo en sentido longitudinal, nos vamos puliendo, aprendiendo a ofrecer menos resistencia.
Ir hacia delante es inevitable, y la acumulación de todo lo que está en línea recta a nuestro destino, también.
Aprendemos de a poco a transmitir una misma intención a todo nuestro cuerpo físico, psíquico y emocional, y a conseguir que la expresen.
A partir de cierto momento, cuando nuestros cuerpos son lo bastante fuertes y puros para enfrentarlo, entramos y salimos de la luz.
Siempre a ojos cerrados, ninguna fuerza previene las partes más blandas del daño de la luz.
Aceptamos entrar a ojos cerrados.
Aceptamos no saber qué nos ocurre allí dentro.
Y aceptamos volver.
Por sobre todo, aceptamos volver.
Imagen choreada de Oleg Korolev
ES IMPORTANTE SABER
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario